viernes, 28 de octubre de 2011

Es que quería conocerte

¡Hola! Hoy le he pedido a mi amiga Rosa Delia, que nos contara algo que muchos de vosotros ya conocéis pero otros no, es una de las historias más bonitas que yo he leído en Twitter, el día que le pasó, yo estaba haciendo cosas por ahí, era Viernes porque entre otras, tuve que hacer la compra. Bueno, no os aburro más y disfrutad de esta historia. Ah! y recordad que los sueños sí se cumplen ;-)...

Una nunca se imagina que las cosas van a pasar, y mucho menos las cosas que te gustaría que pasaran. Por eso, guardaré siempre en mi memoria y en mi corazón lo que pasó el ocho de julio de dos mil once. Si me hubieran dicho que ese día iba a conocer a Ana Milán, directamente no me lo hubiera creído, pero pasó y así os lo cuento…

Estaba de vacaciones, pero esa semana lo estaba pasando realmente mal, ya que estaba enferma. Varios tuits de Ana preguntándome cómo estaba y en qué andaba no me habían hecho sospechar nada, pero ese día a mi Timeline llegaban preguntas raras del tipo… ¿Cuál es tu dirección?, ¿Cuál es la dirección de tu trabajo?, ¿Qué días trabajas?, etc. Aún así, tampoco sospeché nada. (Ahora lo pienso y me río de lo inocente que puedo llegar a ser). Ya por la tarde, alguien me pidió si le podía hacer un favor importante. Yo como soy buena gente le dije que sí, sin pensármelo. Bueno, antes le dije que si era de dinero no, jajaja. El favor consistía en que un amigo suyo llamado “Amador” inauguraba una exposición de arte en Las Palmas, y como esa persona no iba a poder asistir, él le había guardado un catálogo de la exposición y yo lo recogería allí. (Aún tengo guardado el trocito de papel donde apunté el nombre del artista y la dirección del sitio, jajaja). Tenía que estar en la exposición a las 20:30 de la tarde, y sólo sería entrar, preguntar por “Amador” y él ya me tendría preparado el catálogo. Lo que viene siendo un entrar y salir rapidito (como ha sonado eso de mal, bueno sigo). Eran las 19:00 de la tarde, así que empecé a prepararme como las locas. Salí de casa a las 20:15 y en un momento estaba allí.

Al entrar había una chica de seguridad, le pregunté dónde era la exposición y entré. Al entrar lo primero que pensé fue… -“Menos mal Rosa Delia que te preparaste como Dios manda” (Yo soy muy de vaqueros y sandalias), porque el sitio estaba lleno de gente y todos me miraban. No sabía donde meterme. Empecé a preguntar a la gente si conocían a “Amador”, y nadie sabía decirme. Imaginaos el panorama… -“Perdone, ¿conoce a Amador?”, -“¿Conoce a Amador?”, -“Disculpe, ¿sabe quién es Amador?”. Y así estuve hasta que llegué a la sala del fondo y, justo antes de entrar, me paré en la entrada, miré al fondo y allí estaba ella: ANA MILÁN. Me quedé como bloqueada o congelada, como si se hubiera parado el tiempo, y no sé si abrí la boca de la sorpresa (prefiero no pensarlo). Sólo me di cuenta de que ella sí que se había fijado en mí. Mi super reacción en ese momento fue irme corriendo en dirección contraria, pero a medio camino me paré (la razón pudo más que la vergüenza) y al darme la vuelta ya venía ella hacia mí. No recuerdo las palabras que me dijo en ese momento (nunca me lo perdonaré), sólo que nos abrazamos y le dije en un momento friki a la par que patético: -“Ay, que lloro. Bueno, no, que yo no lloro por estas cosas”. Y ella me dijo: -“Ay no, que eso es muy vulgar”. En ese momento solté una carcajada y empecé a creérmelo. Nos apartamos un poco de la gente y empezamos a hablar. Al poquito me preguntó si llevaba cámara de fotos, pero como no imaginaba lo que iba a pasar no la llevaba, así que ella sacó su iPhone de lunares blancos monísimo y nos hicimos unas cuantas (las mujeres nunca estamos conformes con la primera foto). Y en ese momento apareció su peque. Fue un placer conocerle a él también. Muy guapo.

Ana Milán y Rosa Delia. Foto: el iPhone de Ana Milán

Seguimos andando, Ana me acompañó a la salida, ya que había quedado y tenía prisa, pero siempre recordaré lo que me dijo: -“Me tengo que ir, sólo estaba esperando que llegaras. ES QUE QUERÍA CONOCERTE”. Seguimos hablando un poco de todo, de cómo prepararon la sorpresa, de todo el misterio que se trajeron entre manos ella y su cómplice (alguien a quién siempre estaré agradecida), de todo el cambio de planes que tuvieron que hacer para que todo saliera bien y de más cositas que me reservo para mí. Pero fue una conversación

de lo más normal, como con cualquier persona. Yo, ya os imaginaréis, manteniendo el tipo, pero flipando. Además, ella me hablaba y me miraba y yo, por timidez, de vez en cuando bajaba la mirada, pero me obligaba a mi misma a mantenerla, por educación y porque era ella. Pero acabé riéndome a carcajadas. (Si creéis que es graciosa cuando actúa o aparece en televisión, en persona aún lo es más, tiene una forma de hablar y de reír que te contagia la alegría y la risa). Y ya nos empezamos a despedir. Nos dimos como 4 abrazos entre frases de despedida. Fue el típico momento en que te abrazas, al soltarte dices alguna frase de despedida o inicias de nuevo la conversación y de nuevo, abrazo. Pues así hasta 4 veces. Ella me dijo que le encantó conocerme, me dio las gracias por los vídeos que le había hecho y por todo, y yo, lógicamente, le di las gracias por la sorpresa que me había preparado. No me lo esperaba para nada. Mucha gente después de ésto me ha dicho: -“¡Qué bien, has cumplido el sueño de tu vida!”. Y yo los he corregido y les he dicho que no, que no era el sueño de mi vida, porque ni siquiera lo veía como un sueño.

Conocer a Ana era algo que estaba ahí, pero que lo veía tan difícil viviendo en Gran Canaria que nunca me había hecho ilusiones. Lo que sí les decía es que ha sido LA MAYOR SORPRESA DE MI VIDA. Porque ha sido una verdadera sorpresa. Porque me tragué toda la historia que inventaron de principio a fin, algo que hizo que fuera más increíble aún. Y que alguien como ella se haya pasado todo un día organizando algo así, para mí es muy grande. Y ya nos mandamos un beso volado en la distancia y me fui.


Recuerdo que ese día, cuando iba de camino a la exposición, me di cuenta de que no me había puesto perfume, y siempre he odiado salir a la calle sin ponerme perfume, es una manía que tengo. Pero de regreso a mi casa me alegré de no habérmelo puesto porque estuve toda la noche oliendo a su perfume.

Días después, ese alguien y cómplice de Ana en la sorpresa, me contó cómo lo prepararon todo. Os sorprenderíais de cómo se lo montaron, ¡pero esa ya es OTRA HISTORIA!

sábado, 22 de octubre de 2011

Sexo en Milán


Foto: Sara Ausin

Me voy a adelantar en el tiempo. Ya os contaré más cotilleos de esos que os gustan, pero no podía pasar por alto ésto: Después de que su libro "Sexo en Milán" se publicara, el Veinte de Septiembre de Dos mil once, llegó el día de su primera firma de libros. No pude asistir a ella, pero gracias a mis amigas pude estar allí y la vi. Una sonrisa de esas que se sabe marcar y muy guapa, pero eso no es una novedad ¿verdad?.

Foto: Sara Ausin
La tarde anterior, intercambiamos unos tweets. Después de un poquito de bordeo, le pregunté si estaba nerviosa y me decía que, más que nerviosa, estaba emocionada. La comprendí perfectamente. No podía tener nervios porque está acostumbrada a estar delante de mucha gente y que mucha gente la mire. Pero el sentimiento de la emoción creo que es uno de los pocos que no podemos controlar.

Allí estuvo. Nos atendió a todos (al final de esta entrada entenderéis el porqué). Se hizo fotos, firmó libros e incluso charló con mucha gente. Y lo más grande es que mandó besos, besos tuiteros (así me gusta llamarlos), y el mío me llegó por partida doble y me dio las gracias por los que yo le mandé.

Me hizo feliz a mi, que llevaba todo el día medio griposa, con una tos perruna que cada vez que me daba parecía que me iba a dar la vuelta como un calcetín, que estaba postrada en mi sofá recibiendo fotos de mi amiga Sara y comentándolo con Cris.

Así fue como consiguió hacerme feliz otro día...

miércoles, 12 de octubre de 2011

Mira que eres Pava... jajajajajaja


No quiero describirme, pero me considero una persona algo "borde" en el buen sentido de la palabra, aunque sé que puedo llegar a cansar muchísimo.

Bueno, pues voy a contaros cómo conseguí ser "La PAVA" de Ana Milán. Todo comenzó el día que Ana hizo un videoencuentro en Antena 3. El que la conoce, sabe que no le gusta para nada que le digan que es como una madre. Te puede tirar con lo primero que pille si le dices que es como una madre. Si la llamas hermana mayor, la cosa cambia. Así que yo os voy dando pistas, ¿vale?.

El caso es que semanas después, dos compañeros suyos de "Física o Química" hicieron también un vídeoencuentro y hablaron de ella. ¿Qué se les ocurrió decir? Sí, que era como una madre... Me salió del alma, os lo prometo. Le dije: ¿Ves? ellos no vieron tu videoencuentro, ¡demuestran que no te conocen!. A lo que ella respondió: Mira que eres Pava...jajajajajaja. Así me bautizó y lo confirmó una noche en que no podía dormir y apareció de madrugada y le pregunté que qué hacía despierta. Me dijo que Rodrigo Cortés, el director de Buried, no le dejaba dormir porque le estaba metiendo miedo. Mis ocurrencias y yo reaccionamos y le dije: ¿Qué, sólo tienes un mechero y un iPhone para comunicarte, no?. Su respuesta: jajajajaja ¿Ves, cómo eres mu pava?. Esa fue la confirmación oficial, aunque según el día puede variar a "pavica".

He de decir que prefiero que llame pava a bonita o guapa. El rollito este macarra que nos traemos entre manos las dos hace que lleguemos a tener diálogos bastante cañeros, pero siempre se nota el cariño y el respeto, que es lo primordial para tener una relación así y sobre todo saber parar a tiempo y no pasarse.

Bueno, no os aburro más. Hasta la próxima. Saludos.

domingo, 9 de octubre de 2011

Unos cristales limpios.

Cuando decidí abrir una cuenta en Twitter, Ana ya tenía muchísimos seguidores. Yo, durante un tiempo, me limitaba a leer nada más. Sus tweets me parecían tan inteligentes... Sabía que no me había equivocado. Cuando descubrí las búsquedas en esta red social, pude toparme con su TL. Allí escribía un montón de gente unas preguntas o comentarios que eran interesantes y otros no tanto, pero sí me di cuenta de una cosa, y es que ella siempre tenía y tiene respuesta para todo. Me encontraba con un montón de gente que le pedía que les siguieran, que les saludaran o incluso los que ruegan un RT. Debe ser la edad, pero jamás se me ocurrió pedirle que me contestara.

Pues bien, recuerdo que era un Domingo a mediodía. De repente, aparece "barriendo", porque Ana, cuando aparece en twitter, es "pa'impresionar", si no, "pa'qué", ¿verdad?

Ana: ¡Qué me ha dado por limpiar cristales! ¡Qué me los he dejado como la patena!...
Yo: ¡es qué eres toda una mujer! "Hechayderechacondoscojones"
Ana: ¡jajaja! Mi madre me dice eso...
Yo: fíjate tú por dónde, tu madre y yo pensamos igual... Ana: bonita...

Éstos fueron los primeros tweets que intercambié con Ana. Los guardo como oro en paño, entre otros, porque otra cosa no, pero reírnos nos reímos un rato, aunque siempre desde el respeto, porque nunca puedo olvidar que no tiene ninguna obligación en responderme o hacerme un RT. Éstos son pequeños regalos que te pueden hacer por ser ingenioso/a u original. Lo que está bastante claro es que si das mucha lata o insistes mucho, llegas a cansar y cuando alguien se cansa de ti... mal rollo, por tanto, noventa mil seguidores dan para leer mucho. Agradezcamos que nos dedica un rato diario y sigámosla hasta donde ella nos quiera llevar, que seguro que debe ser un lugar especial.

Gracias por leer y comprender y hasta la próxima que será mejor.

sábado, 8 de octubre de 2011

Empezamos.

Ana Milán.
¡Hola! ¿Empezamos? Vale, bueno, no voy a presentarme ni nada de eso. Ando pululando por twitter y soy fan de Ana Milán, como muchos de vosotros.

Como bien dice la cabecera de este blog, éste, está dedicado a la persona, esa que cada día comparte su valioso tiempo con nosotros, que nos lee, responde a nuestras preguntas e incluso aguanta nuestros "bordeos" y con buen humor. A veces pienso que debe estar de nosotros hasta más allá de donde todos estáis pensando, pero es que esta mujer es muy grande.

La idea de escribir un blog sobre Ana, es contaros desde mi experiencia personal, la relación que tengo con ella, ojo, no es nada de otro mundo, pero sí me gustaría compartir con vosotros cómo me ha ido ganando poco a poco, cómo en cierto modo adquieres una confianza con alguien que admiras. Al principio la admiraba por su trabajo, ahora, después de conocerla en twitter la admiro más por su manera de ser. 

No pretendo conseguir el premio Pulitzer ni nada parecido, ni que ésto sea "un manual del buen fan". Pero como ésto está dedicado a la persona, sí es muy importante el respeto y la educación. Porque vosotros a las personas las soléis tratar con respeto y educación, ¿no?.

Bueno, pues daos todos por bienvenidos y saludados.